Tu lees porque piensas que te escribo. 
Eso es algo entendible.
Yo escribo porque pienso que me lees. 
Y eso es algo terrible.

          Tengo una foto exactamente igual a esta, tomada hace unos años, donde tomo uno de todos esos caminos que se vislumbran. Hoy, después de un par de años, pude ir de nuevo a ese mismo lugar y tomar una foto diferente.
          Hoy estoy parada exactamente ahí de nuevo, no soy la misma que hace unos años, no pretendo serlo tampoco. Se puede decir que tengo el corazón un poco, bastante, roto y por eso hoy no elijo un camino. Hoy me quedo parada ahí.. en la mitad. Hoy elijo quedarme ahí, elijo no elegir.
          No quiero elegir, porque eligiendo cualquier camino sé que ninguno me llevaría a vos. No estoy preparada, todavía duele, todavía me dolés. Todavía tengo bronca por aquellas veces en las que me sentí sola. Me da bronca que algo de mi subconsciente se haya activado y en cada merienda me haga un nesquik cuando antes no me gustaba, ¿te cuento otra cosa? nunca más pisé Mc desde aquella vez. Me da bronca mirar películas, sobretodo porque las termino de ver. Me da bronca tener frío y buscar tu buso.. Me da bronca preguntarme, todavía, el porqué, porqué fuiste así..
          Tengo bronca y me duele el alma de saber que di todo y no recibí nada. Duele el alma aunque no la vea, duele y la siento doler porque entiendo, por fin, que no te importé, que cada palabra que atravesaba tu oído salía por el otro sin respiro, sin descanso, sin siquiera generar una mísera decodificación.








Tirá de la cuerda hasta que se rompa lo roto.
No remiendes, hay otras cuerdas más fuertes.

          Necesito alguien que me emparche un poco y que limpie mi cabeza.
Que ponga tachuelas en mis zapatos para que me acuerde que voy caminado, y que cuelgue mi mente de una soga hasta que se seque de problemas y me lleve.. 
Y que esté en mi cama viernes y domingo para estar en su alma todos los demás días de mi vida. Y que me quiera cuando estoy, cuando me voy, cuando me fui. 
Y que sepa servir el té, besarme después y echar a reír.
Y que conozca las palabras que jamás le voy a decir y que no le importe mi ropa, si total me voy a desvestir para amarlo. 
Si conocen alguien así, yo se los pido que me avisen porque es así, totalmente, quien necesito.

¡NO PIENSO ABRIR LAS HERIDAS DE HABERTE QUERIDO TANTO!


Se acordaba de los pasos, de los pasos en falso, del engaño que algún día sufrió. 

Ya no espero nada.
Ya no busco esa mirada.
Ya no escucho tu voz.

Cuando tenías que estar
te echaste a reír



Él era un fabricante de mentiras, tenía las historias de cartón. 
Su vida era una fábula de lata, sus ojos eran luces de neón. 
Y nunca tengas fé que sus mentiras puedan traer dolor. 
Ella era una típica inocente, zapatos negros, medias de algodón,
que sólo era féliz en el colegio, que nunca tuvo en su piel amor. 
Inútil es decir que lo que le dijeron lo creyó. 
Querrán saber el fin de nuestra historia, algunos lo podrán imaginar.. 

             Hoy no es que rompa cadenas, 
                sólo me doy por vencida. 
Y te perdono por todo...


Porque entre el lunes y el martes me sobra tiempo para necesitarte.
Porque me miento si digo que tu mirada no fue mi mejor testigo.
Porque aunque ya no me duelas, a veces busco tu nombre en mi chistera.
Porque aún no vino el olvido para llevarse el último de tus abrigos.
Por los besos que aún nos quedan en la boca, 
por los miles de homenajes que nos dimos, 
por nadar y no guardar nunca la ropa
por los dedos juguetones del destino. Porque fuimos lo que fuimos...
Porque puesto a confesarte, aún le tengo miedo a tenerte delante.
Porque en cuanto me descuido, me atropella algún recuerdo en el pasillo. 
Porque no puedo negarte que te quise sin querer y más que a nadie.
Porque mi doctor previno que para este corazón estás prohibido...