Dicen
que a veces hay que soltarse de lo que no es. Por ejemplo, si no trae alegría a
tu vida, lo soltás. Si no te ilumina ni te construye, lo soltás. Si permanece
pero no crece, lo soltás. Si te procura seguridad y así te evita el esfuerzo de
desarrollarte, lo soltás. Si no brinda reconocimiento a tus talentos, lo
soltás. Si no acaricia tu ser, lo soltás. Si no impulsa tu despliegue, lo
soltás. Si dice pero no hace, lo soltás. Si no hay lugar en su vida para vos, lo
soltás. Si intenta cambiarte, lo soltás. Si se impone el “yo”, lo soltás. Si
son más los desencuentros que los encuentros, lo soltás. Si simplemente no suma
a tu vida, lo soltás.
Quizá porque sos lo contrario a todas esas cosas me quedo al lado
tuyo, agarrándote la mano como nunca antes la hubiese agarrado.
Te agarro fuerte, te abrazo fuerte, te beso fuerte, me río fuerte.
Cada día que pasa tengo menos dudas de elegirte un poquito más porque disfruto
plenamente el hecho sencillo de agarrarte la mano cada noche que duermo con
vos, porque simplemente me llena el alma saber que sos lo último y lo primero
que miro cada noche y cada día que pasa.