• Por Flor Costas
Un grupo de payasos del Circo
Clawndestino ubicados en la puerta dieron la bienvenida a una gran cantidad de
personas que se agolparon dentro de Groove para vivir una Fiesta Clandestina
que prometía ser grande. El calor pone a arder a
todo a aquel que concurre a ellas. La propuesta traía ese changüí de la espuma para sofocar las altas temperaturas y
avivar la fiesta.
De La Gran Piñata se presentó en el
escenario para preparar los motores que serían retomados por Cielo Razzo unas
horas después. Un poco antes de las 2 de la
mañana las luces se apagaron y los payasos se ubicaron entre la gente para
desarrollar una de sus conocidas performance, mientras que en el escenario
trasladaban los instrumentos. Luego de una serie de malabares y trucos con
chicas del público, el Circo Clowndestino terminó su actuación y el grupo
encabezado por Pablo “Polilla” Pino se introdujo en el escenario. Sonaron los
primeros acordes de “Quizás sí” y luego los de “¿Quién baja la pala?” que nos transportaron
a los recuerdos de su primer trabajo discográfico “Buenas” (2001). Siguieron
con “Monos”, tema de su último álbum “Compost” (2010), y casi sin respirar nos
hicieron disfrutar de “Demás” y nos terminaron de transformar con “Perseguido”,
“Puta”, “Barek” y “Pequeña caja”.
“¡Gracias por
venir, arrancamos el año con todo, arrancamos tocando!” grito Polilla y dio
paso a “Estrella”, “Luminoso” y “Alma en tregua” que brotó la adrenalina de
todos los que vivían el recital como una verdadera fiesta, desgarrando sus
voces en cada tema para acompañar a los rosarinos. Mientras el calor se sentía
en los cuerpos transpirados por el pogo, la temperatura y el desenfreno, la
espuma se hacía esperar y el cantante de El Bordo, Alejandro Kurz,
fue invitado a tocar “Luna” e hicieron temblar el lugar.
Tenían una respuesta muy grande del
público que siempre quería más y apareció, dentro de la extensa e increíble
lista, “Sin salida”, “Chapa y bandera” y “Qué sé yo”. En medio de todo el
fiestón comenzó a brotar la espuma a borbotones y terminó de convertirse en una
fiesta. Los cuerpos y la ropa de todos estaban empapados y a nadie parecía
importarle, a nadie se le podía borrar la sonrisa.
Después de
prometer que en marzo volverían para presentar su nueva obra terminaron el show
a todo trapo: “Carne 2” y “Televicio” cerraron la noche del sábado que siguió
con música para bailar debajo de la espuma que venía en oleadas a taparnos la
cabeza.
El carnaval se hacía sentir, realmente era una fiesta. En la puerta, antes de entrar, ya se palpitaba… ya se sentía, se creía y se sabía cómo iba a ser la noche. Cielo Razzo deja todo, no podía ser de otra forma, pero siempre puede ser mejor y créanme que lo fue.
El carnaval se hacía sentir, realmente era una fiesta. En la puerta, antes de entrar, ya se palpitaba… ya se sentía, se creía y se sabía cómo iba a ser la noche. Cielo Razzo deja todo, no podía ser de otra forma, pero siempre puede ser mejor y créanme que lo fue.
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