Todavía me acuerdo de esa noche, de ese instante donde tuviste el último de los miles de momentos. Ese gran momento donde hiciste, una vez más, lo peor que podrías haber hecho: quedarte callado.


Es como ponerte a rebobinar ese cassette que ya no escuchás, en un instante te acordás del orden de los temas como lo hacías antes, pero hay que tener mucho cuidado porque la cinta se puede enredar.
Los viejos formatos no resisten bien el paso del tiempo.


¿Escucharon hablar de que las casualidades no existen? Pero si eso no fue una casualidad ¿qué fue?, ¿El destino?. No creo, nunca me gustó esa idea, demasiado simple. Si hay un destino, ¿para qué preocuparse?

Y si la inercia comienza a forzar,
tu reacción será como sostenerme. 


Un pequeño resumen de un año distinto, diferente, pero no por eso malo. Al contrario, lleno de felicidad, amor, risa y paz. Estos cuatro minones hacen de mis días los mejores del universo. 
Brindo por nosotras, por el amor que nos tenemos, por estar siempre, pero siempre, para la otra. Por caminar juntas todo lo que queda, que es mucho. Caminar, y caminar despacio porque la risa nos va a impedir apurarnos demasiado.
AMARLAS A ELLAS. 
Hermanas, Amigas. Sinónimo de Felicidad, de Risa, de Tranquilidad y, por sobre todas las cosas, de Amor.

¿Te acordás? Fue ayer, no más...

VOS y yo:

¡Bailaba toda Buenos Aires!